¿Conocéis los orígenes de este plato tan sabroso?

Como el cachopo o la fabada, los grandes platos de la historia carecen en su mayoría de, precisamente, una parte fundamental de su historia. Les faltan unos orígenes más o menos exactos. A mi parecer esta circunstancia, este cúmulo de imprecisiones imposibles de resolver, no hace más que dotar a ciertas recetas de un aire de leyenda, de un aura de misticismo.

Los orígenes del cachopo son inciertos. Si bien, rebozar un par de filetes con jamón y queso en su interior no es un asunto que vinculemos exclusivamente a Asturias. San Jacobo, Cordon Bleu, flamenquines… varias recetas nacionales e internacionales explotan las posibilidades de unos ingredientes que no son distintivos de ninguna región en concreto. Si algo diferencia al cachopo de sus primos, es su tamaño: tiene que ser pantagruélico, desproporcionado. Y al igual que ocurrió con la fabada, el cachopo se cocinaba en multitud de hogares asturianos al tratar de aprovechar los ingredientes de los que se disponía, porque aquí de ternera andamos sobrados. Y así llegamos a las últimas décadas del siglo XX…

Allá por los años setenta, en Oviedo, un joven cocinero se hizo con las riendas del restaurante familiar. Se llamaba Fernando Martín y enredaba en los fogones de ‘Pelayo’ en Oviedo. El que fuera uno de los chefs más venerados de la Gastronomía asturiana reciente falleció a principios de 2012; el negocio en el que dio sus primeros pasos tampoco ha llegado a nuestros días. Fernando no nos puede contar de primera mano que él recuperó una receta que había visto hacer repetidamente a su abuela Hemerina y la introdujo en la carta de ‘Pelayo’. El cachopo en cuestión pesaba 1,5 kilogramos, estaba relleno de un fino frixuelo, jamón serrano, jamón de York, queso y espárragos, y se servía acompañado de una salsa a base de caldo de pollo y conejo. Dicen quienes probaron aquella vianda, que el sabor era espectacular. Y fue así como se introdujo el cachopo en la restauración contemporánea.

Muy pronto en ASADOR DE BULNES, podréis disfrutar muchas sorpresas con los cachopos…